Los interruptores de membrana FPC son componentes clave en la electrónica compacta y duradera, y su ensamblaje implica 8 etapas precisas para garantizar la funcionalidad y la fiabilidad. A continuación se muestra un desglose conciso de cada paso.
El proceso comienza con comprobaciones rigurosas de las materias primas, incluyendo el FPC de poliimida (PI), superposición gráfica de policarbonato/poliéster, adhesivos sensibles a la presión (PSA), capas espaciadoras, metal/polidomos (para respuesta táctil) y capas de blindaje (si es necesario). Cada componente se inspecciona en busca de defectos como arañazos, agujeros y precisión dimensional.
El FPC, prefabricado con circuitos de cobre grabados (a menudo chapados en oro o níquel/oro para mayor durabilidad), se somete a Tecnología de Montaje en Superficie (SMT) si es necesario:
- Las máquinas automáticas de recogida y colocación colocan pequeños componentes (LED, resistencias, CI) en las almohadillas designadas.
- Los componentes se sueldan utilizando técnicas de reflujo adaptadas para el sustrato de poliimida sensible al calor.
Para la retroalimentación táctil, se alinean cúpulas metálicas a presión o polidomos conductores sobre las áreas de actuación del FPC. Una lámina de retención de cúpula no conductora con orificios cortados con precisión asegura que las cúpulas permanezcan alineadas sobre los contactos del interruptor, lo cual es fundamental para una fuerza de actuación y un contacto eléctrico consistentes.
Se aplica un espaciador (poliéster/poliimida con adhesivo) con aberturas troqueladas sobre las áreas del interruptor. Crea un espacio de aire para evitar la actuación accidental, define el recorrido de actuación y protege los componentes internos.
La superposición gráfica orientada al usuario (con leyendas/iconos impresos) se lamina sobre el conjunto utilizando herramientas de alineación de precisión. La presión (y a veces el calor) asegura una unión sin burbujas, con una estricta alineación de los actuadores de la superposición sobre las cúpulas/contactos.
Las colas flexibles del FPC (con almohadillas/conectores expuestos) se terminan mediante conectores engarzados, soldadura directa a las PCB o rigidizadores para la inserción de zócalos, elegidos en función de las necesidades de la aplicación.
Cada interruptor se somete a:
- Prueba de continuidad/circuito abierto: Comprueba si hay conexiones no deseadas.
- Prueba de cortocircuito: Verifica el aislamiento entre circuitos.
- Prueba de función del interruptor: Confirma la actuación correcta y la salida de la señal (incluyendo la sensación táctil de "clic" para las cúpulas).
Las inspecciones visuales finales comprueban si hay defectos cosméticos (arañazos, desalineación) y el cumplimiento dimensional.
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